13 de junio: San Antonio de Padua.

San Antonio de Padua,
Sacerdote y Doctor de la Iglesia.

Es este uno de los santos más conocidos de la Iglesia. Hay imágenes suyas en muchísimas iglesias.

Nació el Lisboa, Portugal, el 15 de agosto de 1192. Recibió el nombre de Fernando en su bautismo que fue en la catedral, porque era de familia noble. También lo llevaron a la escuela de la catedral para ser educado. Aprendió muy bien las ciencias que le enseñaron y dejó admirados a sus maestros por sus buenas cualidades.

Quiso ser fraile y pidió el ingreso en los Canónigos Regulares de San Agustín. Ni a su familia ni a sus amigos les pareció bien lo que había hecho, así que intentaron de todas maneras que dejara la vida religiosa. Pero él, para escaparse de ellos, se marchó a Coímbra. En esta ciudad conoció a los franciscanos y su forma de vida le gustó tanto que decidió hacerse hijo de San Francisco. Cambió de nombre y decidió llamarse Antonio. Como franciscano suspiraba por ir a Marruecos a predicar el nombre del Señor entre los musulmanes. Y emprendió el viaje, pero nada más al llegar le vino la malaria, unas fiebres muy fuertes, y no pudo quedarse.

En vez de regresar a su tierra, emprendió viaje hasta Italia, donde había nacido la Orden Franciscana. En el norte de Italia es donde se hizo famoso de verdad. Cuando se puso bueno empezó a predicar y ya no paró hasta su muerte. Puedes mirar el mapa de Italia, cualquier ciudad del norte que veas, allá predicó San Antonio. También estudió Teología, la ciencia de Dios, y luego la enseñó a los otros franciscanos. Hasta el mismo San Francisco le pareció muy bien lo que hacía Antonio.

Se cuenta de él que hacía muchos milagros para apoyar su predicación. Hay uno que dice que, como en una ciudad no quisieron oír uno de sus sermones, se marchó al campo y allí predicó a los pájaros que oyeron el sermón en bandadas silenciosas.

Después de unos años en Francia, predicando y enseñando teología, llegó a Padua, su ciudad para siempre. Sólo estuvo un año, pero los paduanos quedaron prendados de su palabra y de su santidad. Allí escribió libros, pacificó la ciudad en su lucha con Verona, redactó leyes. Pero, agotado por una vida de tan intenso desgaste, murió el 13 de junio de 1231.

Fue canonizado por Gregorio IX el 30 de mayo de 1232 y declarado Doctor de la Iglesia por Pío XII en 1946.


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