Pentecostés,
Solemnidad
- 50 días después de la Resurrección
Pentecostés se celebra 50 días después de la Pascua. En este día, el Señor envía el Espíritu Santo sobre los apóstoles, cumpliendo la promesa que Jesús les había hecho antes de su Ascensión.
Con esta “fuerza” divina, los discípulos se transforman en valientes testigos de Cristo, iniciando la misión de anunciar el Evangelio al mundo entero. Según los Hechos de los Apóstoles (Hch 2), este momento marca el nacimiento de la Iglesia universal y misionera.

El Cenáculo: lugar de encuentro y oración
Cincuenta días después de la resurrección, los apóstoles estaban reunidos en el Cenáculo de Jerusalén, aquella “habitación del piso de arriba” donde Jesús había instituido la Eucaristía en la Última Cena.
Este espacio no era solo un lugar físico, sino también un símbolo de vida comunitaria y de oración. Allí los discípulos convivían, rezaban y, tras la muerte de Jesús, también se escondían “por miedo a los judíos” (Jn 20,19). Fue en ese mismo lugar donde Jesús se les apareció resucitado.
Una fiesta de gran significado
La solemnidad de Pentecostés ocupa un lugar central en el calendario de la Iglesia. No solo recuerda la efusión del Espíritu Santo, sino que también nos invita a revivirla hoy en nuestra vida.
Reunidos en oración junto con la Virgen María, los discípulos recibieron un Espíritu que los llenó de esperanza y valentía. Ese mismo Espíritu sigue obrando hoy:
- Derriba la aridez del corazón.
- Abre caminos de esperanza.
- Nos ayuda a madurar en la fe.
- Nos impulsa a crecer en relación con Dios y con los demás.
Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.
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