La Auxiliadora en China.

En 1863, el entonces superior de los Jesuitas en Shang Hai decide comprar el lado sur de la montaña de She Shan, un bonito sitio desde donde se puede apreciar un hermoso bosque de bambú y en el que se encontraba un monasterio budista abandonado, casi en ruinas. En aquel sitio se construyó una residencia para los padres jesuitas y una pequeña capilla anexa.

En el año de 1864 llega a Sheshan (Shanghái) en manos de un religioso una imagen pintada por él, la cual veneraba como Auxiliadora de los Cristianos.

Fue en 1868 que aquella pequeña iglesia de Sheshan es consagrada el 1 de marzo por el entonces obispo de Shang Hai Mons. Adrien Languillat y bendijo la imagen de la Auxiliadora. Es desde aquí donde inicia a propagarse la devoción a María Auxiliadora.

Poco tiempo había transcurrido cuando los rebeldes del ejército de Tai Ping atacan la comunidad jesuita, el superior de la comunidad subió a la montaña de She Shan e invocó a la Virgen: “Si la Diócesis se salva del ataque amenazante de los rebeldes, construiremos una Basílica para agradecer la protección especial de Nuestra Señora«. Milagrosamente la Diócesis no sufrió daño alguno.

Debido a ello en septiembre de 1870, el padre Gu hizo pública la promesa hecha a la Virgen y, para el 24 de mayo de 1871 se inicia la construcción de un gran santuario, dedicado a la Virgen Auxiliadora. Será tres años más tarde, el 15 de abril de 1873, cuando Mons. Languillat consagra e inaugura el Santuario sobre la cima de la montaña. A él peregrinan los primeros misioneros salesianos que llegan a Shanghái en 1924; y lo mismo hace en 1947 la comunidad de las Hijas de María Auxiliadora establecida también en Shanghái.        

Para el año de 1942, el Santuario fue elevado a Basílica Menor por el Papa Pío XII, pero, tiempo después, el mismo fue profanado y cerrado por alrededor de 20 años hasta que, en 1978, un grupo de peregrinos logró ingresar al templo y colocar en su interior una pequeña imagen de la Virgen Auxiliadora. Esto marco la reapertura del templo.

El papa Benedicto XVI, en mayo del año 2007, en la “Carta a los Católicos de República Popular China” pedía a los católicos chinos invocar y confiarse a la Virgen Auxiliadora venerada en el santuario de Sheshan y convocaba a los cristianos de todo el mundo a unirse el 24 de mayo de cada año en una jornada de oración por la Iglesia en China.


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