El origen de la jaculatoria de María Auxiliadora.

El domingo, 7 de octubre de 1571, en el Golfo de Lepanto, se encontraron el ejército católico y el musulmán. El ejército cristiano era bastante inferior en número. Antes de que la batalla diera inicio, los soldados católicos se confesaron, escucharon la Santa Misa, comulgaron y entonaron un canto a la Madre de Dios. Una vez terminados estos actos, se lanzaron a la batalla.

El inicio de aquella guerra se mostraba desfavorable para los cristianos, comenzaban a perder ya que el viento soplaba en dirección opuesta a ellos, lo que provocaba que sus barcos, que eran de vela, se detuvieran mientras que los de los invasores avanzaban con mayor fuerza. De repente, de manera admirable, el viento cambió drásticamente de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército católico empujándolos con fuerza en contra de sus enemigos. Los soldados atacaron con gran fuerza y, en poco tiempo, lograron derrotar completamente a los adversarios. Cabe mencionar que, mientras se llevaba a cabo la batalla, el Papa Pío V acompañado de miles de fieles, recorrían las calles de Roma rezando el Santo Rosario.

Los soldados cristianos concluyeron que la victoria obtenida en aquella guerra era gracias a la intervención de la Santísima Virgen María quien había ido en Auxilio de los Cristianos. El Papa Pío V, en agradecimiento a la Virgen decretó que en las Letanías Lauretanas se incluyera siempre la jaculatoria: «María Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros«.


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