En muchos lugares existía – y aun existe – la tradición de escribir una carta a la Virgen al inicio del mes de mayo o de la novena de María Auxiliadora.
Era una corazonada de hijo a la Madre, un secreto entre Madre e hijo.
![](https://espiritusantogt.com/wp-content/uploads/2023/10/la-carta-a-la-virgen.jpg?w=1277)
Esta carta se depositaba a los pies de la Virgen y allí permanecía como súplica. El último día de mayo – o de la novena –, en una velada festiva y mariana, se quemaban las cartas. Algo nuestro subía, en silencio, hasta la Madre.
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