Nuestra Señora de Aparecida

Nuestra Señora de Aparecida,
Advocación Mariana

  • 12 de octubre

Nuestra Señora de Aparecida es una advocación mariana de la Virgen María, muy querida por el pueblo brasileño y proclamada Patrona de Brasil por el Papa Pío XI en 1930. Su imagen se venera en la Basílica Nacional de Aparecida, en el estado de São Paulo, considerada el mayor santuario mariano del mundo. La devoción a la Virgen de Aparecida está profundamente unida a la historia y fe del pueblo brasileño, convirtiéndose en un símbolo de unidad y esperanza.

El origen de la imagen

En octubre de 1717, tres pescadores —Domingos Martins, Filipe Pedroso y João Alves—, al lanzar sus redes en el río Paraíba do Sul, sacaron primero el cuerpo de una pequeña imagen de terracota de la Virgen sin cabeza. Al lanzar nuevamente las redes, encontraron la cabeza de la imagen.

Después de unir ambas partes, continuaron pescando y, de manera sorprendente, lograron una abundante pesca. El hallazgo fue interpretado como un signo de la intercesión de María, y la imagen comenzó a ser venerada bajo el título de Aparecida (“la que apareció”).

La expansión de la devoción

Durante los años siguientes, muchos milagros fueron atribuidos a la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida. El culto se fue extendiendo por todo Brasil, y la imagen pasó de una pequeña ermita a un santuario cada vez mayor.

En 1904, por disposición del Papa San Pío X, la imagen fue solemnemente coronada. Más tarde, en 1929, el Papa Pío XI declaró a Nuestra Señora de Aparecida Patrona principal de Brasil, y en 1980, San Juan Pablo II consagró la nueva Basílica Nacional.

El Santuario Nacional de Aparecida

El actual santuario, inaugurado oficialmente por San Juan Pablo II, es el segundo mayor templo católico del mundo, después de la Basílica de San Pedro en Roma. Cada año recibe a millones de peregrinos que llegan de todo Brasil y de otros países, para agradecer favores, pedir gracias o simplemente venerar a la Madre de Dios. El 12 de octubre, fiesta de Nuestra Señora de Aparecida, se celebra con gran solemnidad en todo Brasil, día que también es feriado nacional.

Enseñanza espiritual de esta advocación

La historia de Aparecida nos recuerda que:

  • María se hace presente en la vida del pueblo sencillo y humilde.
  • Su maternidad espiritual se manifiesta en signos concretos de amor y protección.
  • Bajo su manto, todos los brasileños —y los católicos del mundo— encuentran consuelo y esperanza.
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El Papa Francisco, durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (2013), afirmó en el Santuario: «Donde están los discípulos de Jesús, allí está también la Madre, que no se cansa de estar con nosotros».

Una Madre para el pueblo

Nuestra Señora de Aparecida es mucho más que una imagen hallada en un río: es el signo vivo del amor maternal de María hacia Brasil y hacia toda la Iglesia. Su título de “Reina y Patrona” no es solo un honor, sino una invitación a confiar plenamente en su intercesión y a seguir a Cristo con alegría.


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