Nuestra Señora de la Paz

Nuestra Señora de la Paz,
Patrona de El Salvador

  • 21 de noviembre

La advocación de Nuestra Señora de la Paz es uno de los mayores tesoros espirituales de El Salvador. La Iglesia la reconoce oficialmente como Patrona del país y su fiesta principal se celebra cada 21 de noviembre.

Desde hace más de cuatro siglos, la Virgen de la Paz ha sido signo de protección, consuelo y esperanza para miles de fieles, especialmente en la ciudad de San Miguel, donde se encuentra la Basílica Catedral de Nuestra Señora de la Paz.

Un poco de historia

La tradición cuenta que en el siglo XVII, un humilde campesino encontró una pequeña imagen de la Virgen María en el lago de Ilopango. Al llevarla consigo, la gente comenzó a experimentar paz y consuelo en medio de los conflictos de la época.

Con el tiempo, la imagen fue venerada en San Miguel y pronto se le empezó a llamar «Nuestra Señora de la Paz» porque donde Ella llegaba, se sentía armonía y reconciliación.

El símbolo de la palma

Un detalle hermoso de esta advocación es que la Virgen sostiene en su mano derecha una palma de oro, signo de victoria y paz. En su brazo izquierdo carga al Niño Jesús, recordándonos que la verdadera paz solo se encuentra en Cristo.

En 1921, la Virgen de la Paz fue coronada canónicamente con autorización del Papa Benedicto XV. Más tarde, en 1987, San Juan Pablo II elevó el templo de San Miguel a Basílica Menor, reconociendo así la importancia de esta devoción para toda la Iglesia salvadoreña.

Una patrona cercana y actual

Hoy, miles de peregrinos llegan cada año a la Basílica para agradecer favores, pedir intercesión y renovar su fe. La Virgen de la Paz sigue siendo faro de esperanza, especialmente en tiempos de dificultad, recordándonos que la paz no es solo ausencia de guerra, sino presencia de Dios en el corazón.


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