Nuestra Señora de la Caridad del Cobre,
Advocación Mariana
- 08 de septiembre
Una Madre que une a un pueblo
La Virgen de la Caridad del Cobre es la Patrona de Cuba, querida y venerada por millones de fieles. Su devoción nació hace más de 400 años, cuando según la tradición, tres hombres (llamados los tres Juanes) encontraron su imagen flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe, en el oriente de Cuba. Lo sorprendente es que la imagen no se hundía ni se mojaba, y llevaba una tablilla que decía: «Yo soy la Virgen de la Caridad». Desde ese momento, los cubanos la reconocieron como un regalo de Dios.
Un signo de amor y esperanza
La Iglesia nos enseña que María siempre nos conduce a Jesús, y la advocación de la Caridad del Cobre lo recuerda con fuerza: la caridad es el amor cristiano en acción. Ella nos invita a vivir el mandamiento del amor, cuidando a los demás y sirviendo especialmente a los más pobres.
El Papa Benedicto XVI, al visitar su santuario en 2012, dijo que María “nos enseña a vivir en la fe, la esperanza y la caridad, para construir una sociedad renovada”. Y el Papa Francisco la llamó “la Madre de la esperanza de los cubanos”.
La Virgen de la Caridad del Cobre es reconocida como Madre cercana, protectora y liberadora. Los cubanos, y muchos devotos en el mundo, la veneran como:
- Consuelo de los pobres y necesitados.
- Refugio en momentos de sufrimiento o injusticia.
- Señal de unidad entre razas y culturas, porque fue hallada por jóvenes de diferentes orígenes étnicos.
Ella refleja lo que la Iglesia enseña sobre María: una mujer humilde que, asociada íntimamente a Cristo, participa de su misión de llevar salvación y esperanza.

Su santuario en El Cobre
El Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba, es el corazón de la devoción mariana en la isla. Allí llegan miles de peregrinos cada año, llevando flores, velas o incluso sus medallas militares, como ofrenda de agradecimiento. Muchos dejan pequeños objetos llamados exvotos, testimonio de milagros y favores recibidos por la intercesión de la Virgen.
La Virgen que acompaña al pueblo
La Virgen de la Caridad ha estado presente en momentos difíciles de la historia cubana: guerras, pobreza, migración y sufrimiento. Ella ha sido símbolo de unidad, porque no importa la condición social, política o económica, todos los cubanos la llaman «Cachita», con cariño y confianza de hijos.
Un camino hacia Jesús
La devoción mariana nunca sustituye a Cristo, sino que conduce a Él. En el caso de la Virgen de la Caridad del Cobre:
- Cristocentrismo: María lleva en brazos al Niño Jesús, recordando que ella siempre nos guía a su Hijo.
- Caridad como virtud central: su título recuerda que el amor cristiano (caridad) es el centro de la fe y la mayor de las virtudes.
- Esperanza del pueblo: en momentos de opresión o dificultad, la Virgen aparece como signo de liberación, siempre en comunión con el Evangelio.
Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.
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