San Valero,
Obispo
- 29 de enero
Por tratarse de un santo del siglo IV, la información sobre San Valero es muy limitada. Se cree que nació en Zaragoza, dentro de la familia romana Valeria. Desde niño vivió como cristiano y con el tiempo fue elegido obispo de su ciudad.
Encuentro con un joven extraordinario
En Zaragoza conoció a un joven diácono llamado Vicente. El obispo quedó impresionado por su amor a los pobres, su dedicación en las celebraciones litúrgicas y su habilidad para explicar la Palabra de Dios. Tanto le admiró que lo nombró archidiácono, es decir, el encargado de todos los diáconos de la diócesis.
El predicador que daba voz al obispo
San Valero tenía dificultades para hablar en público porque era tartamudo, así que confiaba en San Vicente la misión de predicar al pueblo. Él se concentraba en la oración y en la celebración de los sacramentos, mientras que Vicente era su voz ante la comunidad.

Prisión y traslado forzoso
Cuando un enviado del emperador llegó a Zaragoza decidido a acabar con el cristianismo, pensó que eliminando a sus líderes podría destruir la fe del pueblo. Arrestó al obispo Valero y a su diácono Vicente, y los envió presos a Valencia, donde eran menos conocidos y había menos cristianos.
Un testimonio que sorprendió al gobernador
Al llegar a Valencia comenzó un interrogatorio muy duro. San Valero permaneció en silencio, y Vicente pidió permiso para responder en su nombre. El obispo, confiando plenamente en él, se lo concedió. La defensa de la fe que hizo Vicente fue tan contundente que el gobernador Daciano decidió exiliar a Valero y encarcelar a Vicente.
Últimos años en el destierro
San Valero fue desterrado a Francia, donde vivió unos doce años lejos de su diócesis y de su pueblo. Fue una etapa muy dolorosa, pero la dedicó enteramente a la oración por los cristianos de Zaragoza y al sufrimiento de no saber qué había sido de su querido diácono.
El final de un pastor fiel
Murió en Anet, cerca de París, dejando atrás el sufrimiento del destierro para entrar en la gloria del cielo. Su vida sencilla, silenciosa y entregada sigue siendo un testimonio de fidelidad incluso en los momentos más difíciles.
Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
