San Juan Neumann,
Obispo
- 05 de enero
Juan nació en la región de Bohemia en 1811. Sus padres, tejedores y cristianos ejemplares, le enseñaron desde pequeño a amar a Dios y al prójimo con sencillez y coherencia. En su hogar se rezaba con devoción y nunca faltaba una ayuda para los pobres.
A los 13 años se trasladó a una ciudad cercana para continuar sus estudios, y a los 20 ingresó al seminario con el deseo firme de convertirse en sacerdote. Un día, mientras rezaba en la capilla, sintió una inspiración especial: debía ir a tierras lejanas para anunciar a Jesús y su Evangelio. Al enterarse de la gran necesidad de sacerdotes en Estados Unidos para atender a los emigrantes, se ofreció voluntariamente, especialmente para servir a quienes hablaban alemán, su lengua materna. Además, comenzó a estudiar inglés, francés y español para ayudar a más personas.

Misión en Estados Unidos
Cuando llegó a Nueva York, el obispo lo recibió con alegría y lo ordenó sacerdote poco después. Fue enviado a la zona más pobre de la diócesis, donde vivían muchos emigrantes alemanes. Allí decidió vivir como ellos y para ellos. Pronto notó la necesidad urgente de una escuela parroquial para que los niños pudieran formarse en la fe y recibir educación básica.
Vida religiosa y liderazgo
Aunque su labor era hermosa, también era muy exigente, y a veces se sentía solo en su misión. Por eso pensó en unirse a una congregación en la que pudiera compartir esfuerzos y alegrías con otros hermanos. Solicitó ingresar a los redentoristas y fue aceptado. Hizo sus votos en 1842, a los 31 años. Poco después lo nombraron superior de todos los redentoristas en Estados Unidos, lo cual le permitió fortalecer la misión, impulsar la catequesis en las escuelas y animar a otros misioneros.
Obispo de Filadelfia
La fama del Padre Juan crecía por su entrega pastoral, y el Papa Pío IX lo nombró Obispo de Filadelfia. Desde allí atendió no solo a los emigrantes, sino a toda la diócesis. Continuó promoviendo las escuelas parroquiales con gran entusiasmo: en solo ocho años pasaron de ser dos a más de cien. También escribió dos catecismos para niños de habla alemana que el Concilio Vaticano I declaró útiles para todos.
Muerte y canonización
Juan murió a los 42 años, en plena calle de Filadelfia, dejando un gran legado de servicio. Fue canonizado por el Papa en 1977.
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