Al colocar a María Auxiliadora en la entrada de la casa

Señora y dueña de esta casa te pido que te dignes mostrar en ella Tu poderoso auxilio preservándola de la enfermedad, del vicio, de las tempestades, del fuego, de los ladrones y de cuantas calamidades Tú conoces.

Bendice, protege, defiende y guarda como cosa tuya a las personas que habitan y que vivirán en ella, presérvalas de todas las desgracias y accidentes, y concédeles sobre todo la importantísima gracia de evitar el pecado.

Oh, María Auxilio de los cristianos, ruega por cuantos viven en este hogar que se te ha consagrado para siempre. Amén.


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