Santa Francisca Javier Cabrini

Santa Francisca Javier Cabrini,
Virgen

  • 22 de diciembre

Santa Francisca Cabrini nació el 15 de julio de 1850 en Sant’Angelo Lodigiano, Italia. Desde pequeña aprendió en su familia a amar a Dios y a servir a los más necesitados. A los 11 años hizo una promesa especial: entregaría toda su vida a Dios. Estudió en una escuela dirigida por su hermana, donde empezó a sentir un gran deseo de ser misionera y llevar el mensaje de Jesús hasta lugares lejanos, soñando especialmente con ir a China.

El sueño misionero toma forma

Ingresó en una congregación religiosa, pero no fue lo que esperaba. Sin embargo, ese paso fue clave para que su vocación se definiera aún más. Cuando el obispo de Lodi le propuso crear una congregación para ayudar a los emigrantes italianos en Estados Unidos, Madre Cabrini aceptó con entusiasmo. Pronto reunió a siete jóvenes dispuestas a embarcarse con ella en esta misión.

Primeras misiones y obediencia al Papa

Después de fundar su primera comunidad, abrió un colegio en Roma para niñas pobres. Con su corazón aún deseando evangelizar en China, pidió permiso al Papa León XIII para ir allá. Sin embargo, el Papa le indicó otro destino urgente: Estados Unidos, donde miles de emigrantes italianos necesitaban ayuda y acompañamiento espiritual. Ella obedeció y cambió el rumbo de su misión.

Llegada a América y obras incansables

En 1889 llegó a Nueva York. Allí comenzó una intensa labor: fundó escuelas para niños italianos, hospitales e iglesias. Su misión era doble: mantener viva la fe y la cultura de sus compatriotas, y al mismo tiempo prepararlos para ser buenos ciudadanos aprendiendo inglés y adaptándose a su nueva patria.

Misión que cruza fronteras

Cuando ya había establecido varias casas en Estados Unidos, Madre Cabrini viajó con sus hermanas a Nicaragua, donde abrió una escuela para niñas y ayudó también a comunidades indígenas muy pobres. Después continuó fundaciones en Buenos Aires y regresó varias veces a Estados Unidos. Su trabajo se extendió tanto que casi no había ciudad con emigrantes italianos donde no hubiera una casa fundada por ella.

Últimos años y legado

Madre Cabrini murió en Chicago el 22 de diciembre de 1917, mientras visitaba las casas de su congregación. Su vida fue una entrega total a Dios y a los emigrantes, especialmente los más pobres y olvidados. Fue canonizada por el Papa Pío XII el 7 de julio de 1946 y es conocida hoy como la patrona de los emigrantes.


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