San Pedro Canisio,
Sacerdote y Doctor de la Iglesia
- 21 de diciembre
Pedro Canisio nació el 8 de mayo de 1521 en Nimega (Holanda), hijo del alcalde de la ciudad. Muy pequeño quedó huérfano de padre, y su madre confió su educación a su tía Reinalda, una mujer piadosa y dedicada a obras de caridad. Ella lo llevó a un colegio religioso, donde Pedro comenzó a tomarse muy en serio sus estudios y su vida espiritual.
Vocación y estudios universitarios
A los 15 años ingresó a la Universidad de Colonia, en Alemania, y más tarde continuó en Lovaina, Bélgica, estudiando Leyes. Aunque su familia ya le había preparado una novia, Pedro había hecho una promesa a Dios: dedicar su vida completamente a Él. En Colonia conoció a Pedro Fabro, cercano amigo de san Ignacio de Loyola. Conversaron sobre la nueva Compañía de Jesús, y Pedro Canisio sintió el llamado de formar parte de ella. Muy pronto se convirtió en uno de los primeros jesuitas.
Misiones y expansión educativa
Ordenado sacerdote en 1546, recibió varias misiones importantes. San Ignacio lo llamó a Roma y luego lo envió a Sicilia para fundar el primer colegio jesuita. Pedro elaboró un plan educativo que se extendió por Europa, logrando fundar hasta 14 colegios, con mucho esfuerzo y dedicación. En Roma obtuvo el título de doctor en teología y posteriormente fue profesor y rector de la Universidad de Ingolstadt en 1550. Su formación sólida y su pasión por enseñar lo llevaron a ser una figura académica respetada.

Líder y consejero
Pedro hablaba varios idiomas, lo que le permitió comunicarse con personas de toda clase: reyes, obispos, príncipes y embajadores. Fue superior provincial de los jesuitas en Alemania, Austria y Bohemia, y también predicador en la catedral de Augsburgo. Su consejo era muy solicitado en asuntos religiosos y sociales. Mientras servía y enseñaba, escribió libros para explicar la doctrina cristiana con claridad. Sus obras alcanzaron gran difusión, lo que despertó la oposición de los protestantes, pero sus críticas solo animaron a Pedro a seguir defendiendo la verdad con firmeza y caridad.
Últimos años y legado
Una grave enfermedad lo obligó a retirarse, dedicándose a la oración y a escribir cartas durante diez años. Murió en Friburgo (Suiza) el 21 de diciembre de 1597, a los 76 años. En 1925, el Papa Pío XI lo declaró santo y Doctor de la Iglesia.
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