Santo Domingo de Silos

Santo Domingo de Silos,
Abad

  • 20 de diciembre

Un gran poeta antiguo, Gonzalo de Berceo, narró la vida de Santo Domingo de Silos. Curiosamente, él vivió en el mismo lugar que el santo.

Infancia sencilla y llena de valores

Domingo nació en Cañas, en La Rioja, en el año 1000. Desde pequeño aprendió a ser responsable, a hacer siempre la voluntad de Dios y a preocuparse por los demás. Ayudaba a su papá cuidando el rebaño familiar.De joven estudió para ser sacerdote y fue ordenado. Su obispo lo envió a servir en su pueblo, guiando espiritualmente a los habitantes de Cañas. Pero Domingo sentía en su corazón un llamado más profundo: quería pertenecer solo a Dios.

Vida de ermitaño

Buscando una mayor entrega, dejó su pueblo y vivió como ermitaño, en oración y soledad, durante un año y medio. Disfrutaba contemplar la naturaleza y alabar a Dios en silencio. Cerca de allí estaba el monasterio de San Millán de la Cogolla. Domingo decidió entrar y formar parte de esa comunidad de monjes que vivían con gran dedicación su fe. Allí creció en humildad, trabajo y oración, compartiendo incluso sus experiencias como ermitaño.

Liderazgo y misión

Por su esfuerzo y compromiso, fue enviado primero a renovar un pequeño convento en Cañas. Luego recibió una misión aún más grande: restaurar el monasterio de Silos, que estaba casi en ruinas y necesitaba guía espiritual. Como abad de Silos, Domingo trabajó con serenidad y paciencia. Confiaba plenamente en Dios y todo lo iba logrando paso a paso. Los monjes lo querían y seguían con alegría, formando una comunidad ejemplar de fe y santidad.

Final de su vida

Domingo murió con paz y alegría el 20 de diciembre de 1073, sabiendo que iba al encuentro de Dios. Su canonización llegó pronto, en 1076.


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