Beato José Manyanet y Vives,
Sacerdote
- 16 de diciembre
San José Manyanet fue conocido como el apóstol de la Sagrada Familia. Él soñaba con que las familias cristianas imitaran la vida sencilla, amorosa y llena de fe de Jesús, María y José en Nazaret.
Infancia humilde y llena de fe
Nació el 7 de enero de 1833 en Tremp, Lérida. Fue el menor de nueve hermanos en una familia pobre, pero muy rica en virtudes cristianas. Desde niño estudió en la escuela del pueblo y trabajó desde muy joven para poder continuar su formación.
Vocación y preparación
José trabajó en varias ciudades —Barbastro, Lérida y la Seo de Urgel— hasta que ingresó al seminario. Allí completó sus estudios y fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1859.
Servicio cercano al obispo
Durante doce años trabajó junto al obispo de Urgel ocupando diversos cargos de confianza: asistente, secretario, bibliotecario y acompañante en sus viajes por la diócesis.

Fundación de sus congregaciones
El 2 de febrero de 1870 comenzó la vida religiosa de su gran obra: la Congregación de los Hijos de la Sagrada Familia. Más tarde, en 1874, con la colaboración de la Madre Encarnación Colomina, fundó también la congregación de las Hijas de la Sagrada Familia. Su misión era fortalecer la formación cristiana de las familias siguiendo el ejemplo de Nazaret.
Educación y misión familiar
Para dar a conocer el espíritu de la Sagrada Familia, las congregaciones promovieron colegios, talleres, libros, revistas, estampas y predicación. Su objetivo era llevar a cada hogar el amor, la fe y la sencillez vivida en Nazaret.
Un sacerdote entregado y visionario
El Padre Manyanet animaba con entusiasmo a sus hijos espirituales y él mismo trabajaba sin descanso: escribía, rezaba, fundaba nuevas casas y viajaba constantemente. Además, impulsó la construcción de un gran templo dedicado a la Sagrada Familia en Barcelona, y encargó el proyecto a Antonio Gaudí. Hoy, ese templo —la famosa Sagrada Familia— sigue levantándose como una obra impresionante para gloria de Dios.
Últimos años y legado
A pesar de muchas dificultades y enfermedades, enfrentó todo con paciencia y confiando en la voluntad de Dios. Murió el 17 de diciembre de 1901 en su colegio de Barcelona. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1984, y sus restos se veneran allí mismo.
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