San Saturnino,
Obispo y Mártir
- 29 de noviembre
La vida de San Saturnino está rodeada de leyendas, y lo que conocemos proviene principalmente del relato de su martirio, escrito dos siglos después de los hechos. Saturnino nació en Patras (Grecia) a inicios del siglo III y fue consagrado obispo misionero por motivos que hoy desconocemos. Con ese espíritu evangelizador llegó a España.
Camino por Hispania
Desde Tarragona comenzó a predicar y, siguiendo el río Ebro, llegó hasta Navarra y luego a Pamplona. Según una tradición navarra, San Saturnino fue quien bautizó a San Fermín, el patrono cuya fiesta se celebra el 7 de julio. ¡Imagínate! Sembrando fe en corazones que hoy siguen siendo referentes.
Misión en Tolosa
Después continuó hacia Tolosa, en Francia, donde encontró comunidades cristianas pequeñas, aisladas y con poca organización. Por eso decidió quedarse allí como obispo, dedicándose con enorme entusiasmo a predicar y acompañar a los creyentes. Su ejemplo y sus palabras lograron que muchos paganos se convirtieran, lo cual generó molestia en los sacerdotes paganos que veían disminuir a sus seguidores.

El martirio
Recordando un decreto romano que obligaba a todos a sacrificar a los dioses paganos, un día detuvieron a Saturnino al pasar frente al templo de Júpiter, cuando iba a celebrar misa. Le exigieron sacrificar un toro al dios falso, pero él se mantuvo firme: solo podía ofrecerse culto al único Dios verdadero.
Ante su negativa, lo ataron al cuello del toro y lo obligaron a arrastrarlo por las escaleras del templo y por las calles. Saturnino sufrió grandes golpes y murió mártir por la fe. Su cuerpo quedó abandonado hasta que unas mujeres cristianas lo recogieron con cariño, lo lavaron y le dieron sepultura.
Herencia espiritual y devoción
Un siglo más tarde, San Hilario construyó una capilla sobre su tumba, que con el tiempo se transformó en una gran iglesia. Este lugar se convirtió en una parada importante para los peregrinos del Camino de Santiago.
Hoy, la basílica de «San Fermín» en Francia —dedicada a él— es un monumento artístico y custodio de sus reliquias, recordándonos la valentía y entrega de un obispo que dio la vida por Cristo.
Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
