Presentación de la Virgen María

Presentación de la Virgen María,
Memoria

• 21 de noviembre

Esta celebración es muy importante en las iglesias de Grecia, Turquía y Rusia, que forman parte de la Iglesia Oriental. Desde allí pasó a nuestro calendario en 1585. Aunque quizás no sea tan conocida como otras fiestas marianas, tiene una belleza espiritual profunda que vale la pena descubrir.

La Presentación de María en el templo

Según una tradición muy antigua —no escrita en los Evangelios, pero transmitida de generación en generación— los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana, llevaron a María al templo de Jerusalén cuando ella tenía solo tres años. Su intención era presentarla al Señor y dejarla allí un tiempo para su formación espiritual.

Una niña alegre en la casa de Dios

A pesar de ser tan pequeña, María subió las escaleras del templo llena de alegría. Sabía que iba a vivir en la casa de Dios. Al llegar arriba, un sacerdote la tomó en brazos, la ofreció al Señor y luego la llevó a las habitaciones donde otras niñas eran educadas en la ley de Moisés para servir a Dios.

La alegría que acompañó su vida

Esa alegría con la que María subió las escalinatas es la misma que conservó siempre. Más adelante, el ángel Gabriel le anunciaría que sería la Madre de Jesús, y esa noticia llenaría nuevamente su corazón de gozo y fe.

Una vida llena de Gracia

María fue elegida por Dios para ser la Madre del Salvador. Por eso, desde su concepción, estuvo llena de gracia. No es sorpresa que desde niña amara todo lo relacionado con Dios, su templo y su Ley. Al presentarse en el templo, ya mostraba su bondad y sus ganas de hacer siempre la voluntad divina. Se dice que otras niñas la acompañaban con lámparas encendidas, como iluminando el camino que recorrería para cumplir su misión.

Un modelo para quienes se consagran a Dios

Hoy también muchas personas siguen el ejemplo de María y se entregan a Dios como religiosos o religiosas, llenos de alegría y gratitud. En esta fiesta recuerdan su llamada, agradecen al Señor y renuevan su deseo de vivir para Él con amor y fidelidad.