San Alberto Magno,
Obispo y Doctor de la Iglesia
- 15 de noviembre
San Alberto Magno fue un santo que se esforzó al máximo por desarrollar todo lo que su inteligencia le inspiraba. Hizo muchísimas cosas grandes, y todas bien hechas. Por eso recibió el título de «Magno», que significa «muy grande». Es considerado uno de los grandes genios de la historia. Nació en Lauingen, Alemania, entre 1193 y 1206, en una familia noble cercana al emperador Federico II. Desde pequeño aprendió a leer y escribir en casa con su madre y un profesor particular. Tuvo tres hermanos y todos, al igual que él, se convirtieron en dominicos.
Un curioso desde niño
Desde pequeño mostraba una enorme curiosidad por la naturaleza. Le encantaba observar plantas, minerales y animales. Viendo su interés, su padre lo envió a estudiar a la prestigiosa Universidad de Padua, en Italia. En 1222 conoció al Beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo, y sus palabras lo inspiraron profundamente. Un año después, en 1223, entró en la Orden de Predicadores (los dominicos).
Estudiante y religioso ejemplar
Fue enviado a estudiar al convento de Bolonia, donde descansan los restos de Santo Domingo. Allí sobresalió por su humildad, inocencia, amabilidad, dedicación al estudio y amor profundo a Dios, según testimonio de un compañero. Tras ser ordenado sacerdote, se convirtió enseguida en profesor, enseñando en ciudades clave como París y Colonia. En 1244 tuvo como alumno a nada menos que Santo Tomás de Aquino, quien luego sería uno de los más grandes doctores de la Iglesia.
Sus clases eran tan populares que en París no cabían en el aula, así que enseñaba en una plaza cercana a la Universidad, la cual hoy lleva su nombre: “Plaza de Alberto”.

Patrono de los científicos
San Alberto escribió más de 40 libros, abarcando desde teología hasta ciencias naturales. Por eso es considerado el Patrono de los científicos. También escribió hermosas obras sobre la Virgen María, reflejo de su profundo amor mariano como dominico. Sus escritos han sido guía para muchos estudiosos a lo largo de los siglos.
Obispo por misión, maestro por vocación
El Papa Alejandro IV lo nombró arzobispo de Ratisbona, una diócesis complicada por la división interna. En solo dos años logró traer paz, construir iglesias y reformar al clero. Luego pidió volver a la enseñanza, y el Papa se lo permitió.
Un santo de vida intensa
San Alberto Magno fue un hombre de oración constante, penitencia y fidelidad a las prácticas religiosas. Murió el 15 de noviembre de 1280, lleno de fama por su sabiduría y santidad. Fue canonizado y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XI en 1931.
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