Dedicación de la Basílica de Letrán

Dedicación de la Basílica de Letrán,
Festividad

• 09 de noviembre

Quizá esta celebración te parezca un poco extraña, porque es posible que nunca hayas escuchado hablar de ella. En medio de las fiestas de los santos —nuestros amigos y modelos de fe— hoy hacemos una pausa especial para celebrar algo distinto, pero igual de importante.

¿Qué celebramos hoy?

Cuando una iglesia tiene un significado muy especial para la fe, se consagra únicamente a Dios. Esto significa que ese lugar queda dedicado para siempre a la adoración, la oración y la celebración de la fe cristiana.

La fiesta de hoy recuerda la dedicación de la iglesia más importante del mundo: la Catedral de Roma, conocida como San Juan de Letrán, llamada también la Madre de todas las Iglesias.

Una dedicación celebrada en todo el mundo

Cada iglesia celebra cada año el aniversario de su dedicación. Sin embargo, la dedicación de San Juan de Letrán es diferente: ¡se celebra en toda la Iglesia universal! Este honor solo lo comparten con ella las basílicas de San Pedro y San Pablo en Roma. Eso nos muestra lo especial y central que es esta celebración.

Un palacio que se convirtió en Catedral

Para consagrar una iglesia, el obispo bendice todo el templo: altar, paredes, columnas e imágenes, dedicándolo completamente a Dios. La basílica de San Juan de Letrán fue originalmente un palacio imperial. Cuando el emperador Constantino permitió la libertad de culto en el año 313, entregó ese palacio al Papa San Melquíades. Allí vivieron los Papas durante muchos años, hasta que más tarde se trasladaron al Vaticano.

Un templo que resiste en la historia

A lo largo de los siglos, San Juan de Letrán ha sufrido incendios, ataques y daños por el paso del tiempo. Pero siempre ha sido reconstruida y renovada, gracias al amor de los Papas, del pueblo de Roma y de los fieles de todo el mundo.

Como dijo Jesús a San Pedro, “las fuerzas del mal no podrán contra la Iglesia”. Esta basílica es un símbolo sólido de esa promesa: permanece firme y hermosa a través de la historia, recordándonos que la Iglesia sigue en pie.