Hay personas que no tienen especial devoción a María Auxiliadora, pero con gusto reciben y colocan en su casa el calendario de María Auxiliadora, ya sea porque es bonito, porque es una Virgen alegre o, sencillamente, porque alguien se lo regaló.
El calendario de la Virgen es una presencia callada y constante de María en la vida familiar o laboral. Cuando visitamos una casa y vemos un calendario de María Auxiliadora, una corriente de simpatía y de comunión brota inmediatamente. El calendario es una oportunidad para invocación, para el recuerdo, para cruzar una mirada que sube hasta el cielo.
No sabemos lo que esta presencia de María tan sencilla puede evocar en las personas y en los que nos visitan. Sí que tenemos que reconocer que no es un signo indiferente. Es ya una primera acogida de María y, por Ella, de Jesús.

Mira esta bonita oración que puedes recitar cuando coloques tu calendario:
María, estás presente en esta casa de manera sencilla en el calendario. Cuando miro las fechas, sin querer, te miro, me encuentro con tu rostro, con tu mirada maternal y algo me habla de ti y una súplica me brota: «Madre mía», «Virgen María», «Madre, ayúdame».
Me llena de alegría cuando otros exclaman al verte: «¡Qué calendario más bonito!»; «¡Qué Virgen más bonita!».
Donde tú estás, María, siempre hay un rayo de esperanza, una puerta abierta, un consuelo inesperado, una estrella que pone luz en la noche, un refugio seguro. Bendice, María, los días de mi vida. Amén.
María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
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