San Calixto

San Calixto,
Papa y Mártir

  • 14 de octubre

La vida de San Calixto es fascinante, aunque un poco complicada de contar. La conocemos principalmente gracias a un escritor de su época… pero ese escritor no era precisamente su amigo. Por eso, algunos detalles pueden estar exagerados o contados con mala intención. Aun así, la figura de Calixto brilla por su fe, superación y misericordia.

De esclavo a servidor de la Iglesia

Calixto nació a finales del siglo II, en una familia de esclavos. A pesar de su origen humilde, mostró gran inteligencia. Su amo lo puso al frente de un banco, pero las cosas no salieron bien y terminó perdiendo casi todo el dinero. Perseguido por los afectados, intentó huir, fue capturado y terminó en prisión. Tras un tiempo, lo liberaron con la condición de devolver el dinero. En su intento de recuperarlo, tuvo nuevos problemas, fue acusado de causar disturbios y enviado a trabajar como prisionero en las minas de Cerdeña. Esta parte de su historia muestra la dureza de sus primeros años… y también el tono crítico de quien la escribió.

Un nuevo comienzo

Con el tiempo, un edicto del emperador liberó a los cristianos presos, y entre ellos estaba Calixto. A partir de ese momento, su vida cambió radicalmente. Se entregó por completo a vivir su fe: rezaba, servía a la comunidad y participaba en la celebración de la Cena del Señor, como se llamaba entonces a la Eucaristía. El Papa San Ceferino lo conoció, quedó impresionado con él y lo puso al cuidado de las catacumbas de la Vía Apia. Su trabajo fue tan ejemplar que lo ordenó diácono y lo convirtió en su colaborador cercano.

Elegido Papa… y una polémica histórica

A la muerte de San Ceferino, Calixto fue elegido Papa. Pero no todos estuvieron de acuerdo. Por primera vez en la historia de la Iglesia surgió un intento de elegir a otro Papa al mismo tiempo.

Sin embargo, con el pasar del tiempo la situación se aclaró. Calixto se ganó el corazón de muchos gracias a su espíritu misericordioso: acogía a los pecadores arrepentidos, permitía matrimonios entre personas de diferentes clases sociales y repartía limosna con generosidad. Fue, sin duda, un Papa que hizo de la misericordia su bandera.

Un testimonio hasta el final

El emperador le regaló un terreno para vivir, pero esa generosidad provocó descontento entre quienes lo criticaban. Durante una revuelta, San Calixto fue capturado y arrojado a un pozo, donde murió. Por dar su vida como obispo de Roma, la Iglesia lo reconoce como mártir. Su cuerpo fue enterrado en las catacumbas que él había administrado, hoy conocidas como Catacumbas de San Calixto.


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