Santa Teresita del Niño Jesús,
Virgen
- 01 de octubre
Teresa Martín nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873. Fue la novena hija de Luis Martín y Celia Guérin. Cuatro de sus hermanos murieron antes de que ella los conociera, y cuando tenía apenas cuatro años perdió también a su madre. Desde entonces, Teresa fue criada con ternura por su padre y sus hermanas mayores.
El Deseo de Ser Carmelita
La familia se trasladó a Lisieux, donde había un convento de carmelitas descalzas. Dos de sus hermanas ingresaron allí, y Teresa, con apenas quince años, también quiso hacerlo. Al ser tan joven, le negaron el ingreso, pero su padre la llevó a Roma para pedir directamente al Papa el permiso. Aunque en ese momento no lo consiguió, unos meses después el obispo le dio la autorización y pudo cumplir su sueño de entrar al convento.

Un Camino de Amor Sencillo
Desde el primer día como Sor Teresa del Niño Jesús, se propuso llegar a la santidad. Veía que no podía imitar las grandes obras de otros santos, así que eligió un camino distinto: la santidad a través del amor. Quiso demostrarle a Dios su cariño en cada detalle de la vida diaria, en cada acción sencilla bien hecha.
Espíritu Misionero
Aunque hubiera deseado ser misionera en tierras lejanas, permaneció en su convento ofreciendo oraciones por las misiones. Rezaba especialmente por dos misioneros a quienes también escribía cartas llenas de ánimo. Por este espíritu misionero, el Papa Pío XI la proclamó Patrona de las Misiones después de su canonización.
Últimos Años y Reconocimientos
A los 23 años comenzó a sufrir una grave enfermedad que fue debilitándola poco a poco. Falleció el 30 de septiembre de 1897, con solo 24 años. Fue canonizada el 17 de mayo de 1925 y, en 1997, el Papa Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia. Junto con Santa Teresa de Jesús y Santa Catalina de Siena, forma parte de las grandes Doctoras que iluminan la fe de la Iglesia.
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