San Cristóbal,
Mártir
- 30 de julio
San Cristóbal es un santo muy popular, además como es el Patrón de los transportistas y de los conductores, su devoción se ha extendido por todas partes. Pero también es un santo que, ya que era muy querido, se le han ido añadiendo cosas a su vida, de la que se conocían muy pocas.
Con seguridad sólo sabemos que su conocimiento se extendió muy pronto. Había iglesias dedicadas a él en Bitinia, en Constantinopla, en Taormina (Italia) y en Córdoba (España) un monasterio. Así pues, a San Cristóbal lo conocían y lo querían tanto en Oriente como en Occidente desde el siglo V.

Fue martirizado en Samón (Licia), durante la persecución del emperador Decio (siglo III). Su fiesta se celebró el 25 de junio, que sería la fecha de su muerte. Modernamente se ha cambiado a hoy; en algunos lugares se le celebra también el 10 de julio.
Hay una leyenda muy bonita que te voy a contar. San Cristóbal fue un hombre de gran estatura y con una fuerza enorme. Siendo cristiano quiso dedicarse a hacer el bien a todo el que pudiera. Por eso se puso en la orilla de un río y pasaba sobre sus hombros a todo el que necesitaba cruzarlo, sin pedir nada a cambio.
Un día un niño pequeño le pidió cruzar a la otra orilla, era de noche y no se veía bien. Pero entonces se dio cuenta de que, desde la ribera de enfrente, le hacían señas con una antorcha. Cargó con el niño, que para él eran tan pesado como una pluma y se metió en el río. Cada paso que daba le parecía que el niño que llevaba era más pesado. Al llegar al medio del río Cristóbal le preguntó al niño: «¿Tú quién eres que pesas tanto?». El niño le respondió: «Soy Jesús, que llevo el peso del mundo. Sigue haciendo el bien, Cristóbal».
Y siguió con su servicio de transportista del rio. Fue apresado por su fe cristiana para obligarlo a renegar de ella, pero los enemigos de Dios no lo consiguieron y fue muerto a lanzazos. Su nombre en latín, (Christophorus) significa «el que lleva a Cristo», y a Cristo podemos llevarlo todos en nuestro corazón.
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