¡Oh, Santísimo Jesús!

¡Oh, Santísimo Jesús! Que aquí eres verdaderamente Dios escondido; concédeme desear ardientemente, buscar prudentemente, conocer verdaderamente y cumplir perfectamente en alabanza, y gloria de tu nombre todo lo que te agrada. Ordena, ¡oh, Dios mío!, el estado de mi vida; concédeme que conozca lo que de mí quieres y que lo cumpla como es menester y conviene a mi alma. Dame, ¡oh, Señor Dios mío! Que no desfallezca entre las prosperidades y adversidades, para que ni en aquellas me ensalce, ni en éstas me abata.

De ninguna cosa tenga gozo ni pena, sino de lo que lleva a Ti o aparta de Ti.

A nadie desee agradar o tema desagradar sino a Ti.

Séanme viles, Señor, todas las cosas transitorias y preciosas todas las eternas.

Disgústeme, Señor, todo gozo sin Ti, y no ambicione cosa ninguna fuera de Tu. Séame deleitoso, Señor, cualquier trabajo por Ti, y enojoso el descanso sin Ti.

Dadme, oh, Dios mío, levantar a Ti mi corazón frecuente y fervorosamente, hacerlo todo con amor, tener por muerto lo que pertenece a tu servicio, hacer mis obras no por rutina, sino refiriéndolas a Ti con devoción.

Hacedme, oh, Jesús, amor mío y mi vida, obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin disipación, maduro sin pesadumbre, diligente sin inconstancia, temeroso de Ti sin desesperación, veraz sin doblez; haz que practique el bien sin presunción, que corrija al prójimo sin soberbia, que le edifique con palabras y obras sin fingimientos.

Dame, oh, Señor Dios mío, un corazón vigilante que por ningún pensamiento curioso se aparte de Ti; dame un corazón noble que por ninguna intención siniestra se desvíe; dame un corazón firme que por ninguna tribulación se quebrante; dame un corazón libre que ninguna pasión violenta le domine.

Otórgame, oh, Señor Dios mío, entendimiento que te conozca, diligencia que te busque, sabiduría que te halle, comportamiento que te agrade, perseverancia que confiadamente te espere, y esperanza que, finalmente, te abrace.

Dame que me aflija con tus penas aquí por la penitencia, y en el camino de mi vida use de tus beneficios por gracia, y en la patria goce de tus alegrías por gloria.

Señor que vives y reinas, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.


Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.