Inmaculado Corazón de María

Inmaculado Corazón de María,
Memoria Obligatoria

• Sábado posterior al Sagrado Corazón de Jesús

En diciembre de 1925, la Virgen María se apareció a Lucía Martos, una de las videntes de Fátima. Le prometió asistir en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación, a quienes cumplieran con esta práctica durante cinco primeros sábados consecutivos:

• Confesarse.
• Recibir la Sagrada Comunión.
• Rezar una tercera parte del Rosario.
• Hacerlo con la intención de reparar los pecados cometidos contra su Inmaculado Corazón.

El Mensaje en Fátima

En la tercera aparición de 1917, la Virgen dijo a Lucía: «Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado.
Si se hace lo que te digo, se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra.
Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes.
Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz.
Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz».

La Consagración del Mundo

Siguiendo este mensaje, el Papa Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María el 31 de octubre de 1942, en el marco de la clausura de la solemne celebración en honor a las apariciones de Fátima.

Posteriormente, el 4 de mayo de 1944, Pío XII instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María, que al inicio se celebraba el 22 de agosto. Hoy en día, esta fiesta tiene lugar el sábado siguiente al Segundo Domingo de Pentecostés.

Unidos al Corazón de Jesús

El Inmaculado Corazón de María siempre nos conduce al Sagrado Corazón de Jesús. Ambos corazones están profundamente unidos: en el tiempo, en la historia de la salvación y por toda la eternidad. Venerar el Corazón de María es aprender a amar con ella a su Hijo, que es fuente de vida y de paz para el mundo entero.

Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.