La Santísima Trinidad,
Solemnidad
- Domingo siguiente a Pentecostés
El domingo después de Pentecostés, la Iglesia celebra el Día de la Santísima Trinidad. Se trata de un misterio de fe, es decir, algo que no podemos comprender solo con la razón, sino que únicamente conocemos porque Dios mismo lo ha revelado.
Un solo Dios en tres Personas
El misterio de la Santísima Trinidad —un solo Dios en tres Personas distintas— es el centro de nuestra fe y de la vida cristiana, porque nos habla de Dios en sí mismo. Aunque parece complicado, fue uno de los primeros misterios que los apóstoles llegaron a comprender:
- Tras la Resurrección, reconocieron en Jesús al Salvador enviado por el Padre.
- En Pentecostés, al recibir al Espíritu Santo, comprendieron que el único Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Un dogma de unidad perfecta
Los católicos creemos en un solo Dios. No adoramos a tres dioses, sino a un Dios que es tres Personas distintas. Cada una de las Personas es plenamente Dios y comparte la misma:
- naturaleza
- divinidad
- eternidad
- poder
- perfección
Además, existe una comunión perfecta entre ellas: cada Persona está contenida en las otras dos, en un amor y unidad que no se divide.
Diversidad en la misión
Aunque son un solo Dios, las tres Personas de la Trinidad cumplen misiones distintas:
- Dios Padre: origen y fuente de todo.
- Dios Hijo: enviado por el Padre, es nuestro Salvador.
- Dios Espíritu Santo: enviado por el Padre y el Hijo, es nuestro Santificador.
Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.
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