Miércoles, 01 de mayo de 2024

📖 Evangelio.

Lectura del santo Evangelio según san Juan (15, 1-8)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer.

Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten, así como discípulos míos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Parroquia El Espíritu Santo, Las Charcas, Salesiano, Salesianos Guatemala, Evangelio del Día,

🕯 Reflexión – Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.

Entre todas las oportunidades que tienen abiertas para el ejercicio del apostolado individual, la familia ocupa un lugar primordial. La familia puede proporcionar una respuesta eficaz a la secularización del mundo; la familia tiene un carisma especial para transmitir la fe y para estimular en su desarrollo una evangelización inicial.

Dentro de la intimidad de la familia, cada individuo puede encontrar la oportunidad para dar un testimonio personal del amor de Cristo.

Los padres tienen el derecho y el deber de catequizar a sus hijos; tienen el inmenso privilegio de ser los primeros en enseñarlos a rezar. Con palabras de mi predecesor Juan Pablo I, me gustaría “estimular a los padres en su papel de educadores de los hijos; ellos son los primeros catequistas y los mejores. ¡Qué gran terea tienen y qué reto!”. (San Juan Pablo II)

🤲 Oración.

Padre, gracias porque todo creyente que permanece en Jesús y siempre que Él permanece en el creyente, este puede dar fruto abundante.

Condúcenos a la comunión con tu Hijo por tu Espíritu Santo, así seremos testigos no por las palabras, sino por nuestras obras de que Dios habita en nosotros. Amén.

Buenos días =)

Santo Domingo Savio, ruega por nosotros.


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