Santa Inés del Montepulciano

Santa Inés del Montepulciano,
Virgen

  • 20 de abril

Nació en 1268 en Graciano Vecchio (Italia). Era hija de una familia muy cristiana que la educó en el amor a Dios sobre todas las cosas. La niña aceptaba de muy buena gana todas las enseñanzas que le procuraba su buena madre. De todas formas, al cumplir nueve años, les causó una gran sorpresa a sus padres cuando les dijo que quería ser monja. A sus padres les parecía demasiado pronto, pero tanto insistió que tuvieron que darle permiso.

Ingresó en el monasterio «del Sacco», uno que era famoso en su tiempo y, además, estaba cerca de su pueblo. Allí comenzó una vida de retiro, solo dedicada a Dios.

Cuando tenía quince años fue enviada, con otras monjas a una nueva fundación, en Procena. Sor Inés destacó como Hija del Padre Dios y sintiéndose Esposa de Jesús. Era muy devota de la Virgen a quien quería tener siempre consigo.

Las vidas que se escribieron de ella cuentan hechos milagrosos que ocurrieron en donde ella estaba. Son las leyendas que contribuían a la admiración que las gentes sentían por ella. Al fundarse un nuevo monasterio en Montepulciano, fue designada Inés como superiora.

Rigió el nuevo monasterio con amabilidad hacia las monjas y con prudencia en todos los asuntos. Incluso llegó a tener que tratar varias veces con el legado del Papa.

Al cabo de unos años el monasterio regido por Santa Inés pasó a pertenecer a la Orden de Predicadores. Las monjas ya fueron dominicas y la superiora se integró totalmente en la Regla y normas de los dominicos. Inés aumentó su prestigio de santa y prudente consejera. La unión con Dios que llevaba en su vida de monja se vio turbada por las enfermedades que empezaron y ya no la dejarían hasta la muerte. Pero ella conservó siempre su alegría y su amabilidad en el trato con todos, especialmente con sus monjas.

Su salud empeoraba: crecían sus enfermedades y, cada vez más unida a Dios por la oración y el sufrimiento, entregó su alma al Señor el día 20 de abril de 1317. Su cuerpo se venera en el actual monasterio de Santa Inés y no ha dejado de ser la meta de muchos peregrinos que acuden a rezar ante la tumba de la santa. También llegó hasta allí Santa Catalina de Sienta (29 de abril), que la visitó varias veces.

Fue canonizada por Benedicto XIII en 1728.


Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.