San Estanislao de Cracovia

San Estanislao de Cracovia,
Obispo y Mártir

• 11 de abril

Es uno de los santos más populares en Polonia, todos los quieren y sienten mucha devoción hacia él. Es el Patrón de aquel país desde el siglo XIII.

Nació en Polonia, en la diócesis de Cracovia, en el año 1030. Sus padres eran de riqueza modesta, pero de familia noble. Fue educado religiosamente, primero en su casa, después en la escuela de algún monasterio cercano a su pueblo. Más tarde, cuando se vio que tenía una inteligencia capaz y además sobresalía por una vida llena de buenas costumbres, fue enviado a estudiar a Lieja (Bélgica), allí estudió Filosofía y Teología, la ciencia de Dios.

Se decidió a ser sacerdote, algo que sus padres ya sospechaban por lo bueno que era y por lo que adelantaba en los estudios. Fue ordenado sacerdote y, por ser hombre de estudios y de oración, fue nombrado canónigo de la catedral de Cracovia.

En 1072, a la muerte del obispo Zula, fue nombrado obispo de Cracovia por el Papa Alejandro II. Se lo había pedido el pueblo y los sacerdotes. También el rey insistió al Papa en el nombramiento.

Como obispo gobernó su diócesis con prudencia y justicia. Procuró el bien espiritual de los fieles, predicaba la palabra de Dios y animaba a los sacerdotes a que viviesen una vida de modelo para todos, mandó misioneros a una parte de su diócesis que aún no era cristiana. Pudo construir iglesias donde no las había.

Todo iba muy bien, hasta que llegó la tormenta. Resulta que fue denunciado ante el rey Boleslao II el Atrevido de algo serio que no sabemos. Tal vez que el obispo dijo algo en contra del rey o denunció alguna cosa del gobierno que no estaba bien. El caso es que fue acusado de traición al rey y éste mandó matar al obispo. Sin juicio, sin cárcel.

Un día, cuando Estanislao estaba celebrando la misa, uno, mandado por el rey, le clavó un puñal por la espalda. Allí mismo murió el santo obispo que se había ganado el corazón de sus diocesanos. Era el 11 de abril de 1079. Fue enterrado en el cementerio que estaba al lado de la iglesia donde estaba celebrando la misa.

Al cabo de diez años fue trasladado a una capilla de la catedral. Enseguida el pueblo lo aclamó como santo y los milagros vinieron a confirmar esta opinión.

Comenzó un proceso para su canonización que terminó felizmente y fue proclamado santo por el Papa Inocencio IV el 17 de agosto de 1253 en Asís.