La Anunciación del Señor

La Anunciación del Señor,
Solemnidad

  • 25 de marzo

Hoy celebramos un acontecimiento maravilloso: la Encarnación del Hijo de Dios, el instante en que el Altísimo comenzó a hacerse hombre en el seno purísimo de la Virgen María. San Lucas nos lo relata en su Evangelio, y siguiendo sus palabras podemos revivir este momento lleno de misterio y amor.

La Visita del Ángel

María estaba en su casita de Nazaret, quizá rezando, leyendo o cosiendo, cuando de repente se le apareció el arcángel San Gabriel y le dijo: «Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor está contigo». Ante estas palabras, la Virgen se sorprendió y se llenó de temor, pero el ángel la tranquilizó: «No temas, porque has hallado gracia ante Dios».

Entonces Gabriel le comunicó la gran noticia: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús». María, con sencillez y humildad, respondió a lo que parecía imposible: «¿Cómo será eso, si no conozco varón?».

La Respuesta del Cielo

El ángel le explicó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios». Y para confirmar la verdad de sus palabras, añadió: «Tu prima Isabel, a pesar de su edad, espera un hijo. Así verás que para Dios nada es imposible».

El Sí de María

Confiando plenamente en Dios, María pronunció el sí más importante de la historia: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». En ese instante, el plan de salvación comenzó a cumplirse: Jesús, el Hijo de Dios, tomó carne en el vientre de la Virgen María.

Después de pronunciar su sí, el arcángel desapareció. María quedó pensativa, llena de paz, gracia y amor a Dios. Desde ese momento, el Salvador del mundo ya estaba con nosotros.

Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.


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