Recurro a ti por una gracia.

Oh glorioso santo, tú que ves los males que nos afligen y oprimen, el incierto hoy y el más incierto mañana, y el dolor que se ha convertido en el inseparable compañero de nuestra existencia, muévete a piedad de nuestra pobre condición. También tú sufriste el malestar, la miseria, el abandono, la calumnia, la persecución y fue la experiencia del dolor la que te consoló y la ayuda de cuantos acudieron a ti.

Ya que estás en el Cielo, junto a la Fuente Eterna de Caridad, Tú que sientes una compasión viva por nuestras desdichas, recurro a ti confiado para obtener la gracia:

Menciona la gracia que necesitas.

Oh glorioso santo, a ti nada te niega el Señor porque trabajaste mucho en la tierra para su honor y gloria: intercede por mí, consígueme la gracia implorada si es útil para mi alma, y obtenedme la conformidad del divino querer y la perseverancia en el bien.

Que también yo pueda llegar un día a alabar y a agradecer, junto a ti, al Señor en el Paraíso. Así sea.

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


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