Era un 26 de enero de 1854 cuando Juan Bosco, ya con 39 años, llama a cuatro de sus colaboradores a su Habitación-Despacho, ubicada en el segundo piso de la casa, pues deseaba platicar de algo con ellos.
Aquellos cuatro jóvenes, lo más cercanos a Don Bosco, eran: Miguel Rua, Juan Cagliero, Giuseppe Rocchietti y Artiglia.
En aquella reunión, Don Bosco les propuso realizar un ejercicio práctico de caridad con el prójimo, encomendándose al Señor y a San Francisco de Sales. Aquella propuesta encontró gran acogida en los corazones de aquellos jóvenes que, sin dudarlo, se comprometieron a participar del ejercicio; Don Bosco, agradecido con tan buena respuesta de los cuatro jóvenes los llama, por primera vez: Salesianos, marcando así el inicio de lo que más adelante sería la Pía Sociedad de San Francisco de Sales.
En una pequeña acta, escrita por el ahora Beato Miguel Rua, se puede leer:
La tarde del 26 de enero de 1854, nos reunimos en la habitación del sacerdote D. Bosco; el mismo Don Bosco, Rocchietti, Artiglia, Cagliero y Rua; y se nos propone hacer, con la ayuda del Señor y de San Francisco de Sales, una experiencia de ejercicio práctico de la caridad hacia el prójimo, para realizar después una promesa, y si es posible y conveniente, hacer un voto al Señor.
Desde esa tarde, se puso el nombre de Salesianos a los que se han propuesto y se propondrán tal ejercicio.
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