Enséñame, Domingo Savio.

Quiero aprender a ser como tú, Domingo; quiero poder rechazar el pecado, alejarme de las tentaciones y conservar mi alma limpia de todo mal. Mas soy débil y caigo constantemente.

Es por ello que hoy, quiero pedirte que escuches mi súplica y me ayudes a ser mejor. Que mi boca no diga palabras indecentes; que mi mente no tenga pensamientos impuros; que mi corazón no guarde odio o rencor alguno. Quiero ser puro como lo fuiste tú; quiero ser fuerte en mi lucha contra las tentaciones del mundo; quiero poder imitarte cada día y seguir tu ejemplo en todo momento para que mis actos y mi propia vida, sean del agrado del Señor.

Enséñame a tener una fe tan fuerte como la tuya; a una gran confianza en la Santísima Virgen María y que, así como tú, pueda sentirme un hijo digno de acudir a la Madre de Dios para pedir su auxilio y su protección. Enséñame, Domingo Savio, a cumplir con mis obligaciones con el mayor agrado posible; a ayudar a los demás con la humildad más sincera; a caminar con decisión hacia una vida de santidad.

Enséñame, Domingo Savio, a ser como tú. Amén.


Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.