Seáis amada, seáis alabada, seáis invocada, seáis eternamente bendita; oh, Madre, ¡Auxiliadora de los Cristianos!, mi esperanza, mi amor, mi Madre, mi refugio y mi vida.
¡Oh, Señora mía y Madre mía!, llego en espíritu al trono de tu gloria y después de besarte lo pies, como esclavo, quiero como hijo besarte la mano. Dame para pasar bien este día, tu santa bendición.
¡Oh, María, a tu corazón de Madre vengo a buscar la luz, fuerza y paz! Me acojo a tu poder; confío en tu sabiduría. Amén.

¡Madre de Dios!, puedes socorrerme.
Rezar un Ave María.
¡Madre mía!, sabes cuánto lo necesito.
Rezar un Ave María.
¡Madre los afligidos!, descanso en la ternura de tu amor.
Rezar un Ave María.
¡Oh, María, Auxiliadora de los Cristianos, rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte!
Jesús, María, os amo, ¡salvad almas!
¡Oh, María, Auxiliadora de los Cristianos, rogad por nosotros!
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