¡Oh, María Auxiliadora!, yo te consagro mi vida, haz que sea ferviente, recto y puro. Te ofrezco mi estudio y trabajo con todos los esfuerzos y sacrificios que el cumplimiento del deber impone.
Te ofrezco mi apostolado actual, su desarrollo posterior en él puesto que la providencia me depare. Alcánzanos, Virgen María, a mí y a todos mis amigos, una generosidad alegre y una entrega total al servicio de la Iglesia. Amén.

Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
