Ejercicio de las Diez Lámparas

Señal de la Cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Primera lámpara

Meditar en las agonías que tuvo el Señor en el Huerto, ofreciendo esto por la conversión de los pecadores que con sus culpas provocan la justicia del Eterno Padre.

Oración

Dolorosísimo Corazón de Jesús, por tu agonía en el Huerto y por el dolor que sentiste al ver al Padre Eterno gravemente ofendido, te suplico le ofrezcas mi oración unida a tus sufrimientos para que se conviertan todos los pecadores. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Segunda lámpara

Meditar el dolor que sintió el Corazón de Jesús cuando le dio el ósculo de paz al traidor Judas, y la tiranía de los judíos al prenderle, ofreciendo esto por la extirpación de las herejías, y para que conozcan a Dios los idólatras y abracen nuestra Santa Religión.

Oración

Humildísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste cuando te dio el ósculo de paz el traidor Judas, te suplico recibas mis pobres oraciones para que se extirpen las herejías y abran los ojos a la luz de la fe todos los idólatras. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Tercera lámpara

Meditar el dolor que sintió el Corazón de Jesús en la negación de San Pedro y lo que sufrió toda la noche en casa de Caifás y luego en la de Pilatos, ofreciéndole para que se conviertan los apóstatas.

Oración

Piadosísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste en la negación de San Pedro, apiádate, Señor, de los apóstatas, olvida su negra culpa; acuérdate lo que sufriste en la noche de tu Pasión y ofrécelo al Padre Eterno para que vuelvan a la fe los que la hayan abandonado. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Cuarta lámpara

Meditar en la bofetada que recibió el Señor en casa de Anás, ofreciendo esto por los malos cristianos que olvidan los beneficios de Nuestro Señor, y para que se conviertan los cismáticos y no hieran más su dolorido Corazón.

Oración

Amadísimo Corazón de Jesús, por todo lo que sufriste cuando te dieron en tu divino rostro aquella recia bofetada, te suplico humildemente nos perdones el olvido que hemos tenido de tus beneficios. Piedad Señor, piedad y misericordia, y enciende en tu amor nuestros fríos corazones. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Quinta lámpara

Meditar en los golpes y ultrajes que recibió el Señor enlos tribunales, y la amargura de su Corazón al ver despreciadas sus gracias y sacramentos, ofreciendo esto como reparación por las profanaciones en los templos.

Oración

Amabilísimo Corazón de Jesús, por aquellos golpes y ultrajes que recibiste en los tribunales te suplico humildemente nos perdones el desprecio que hemos hecho de tus gracias y sacramentos, y recibas nuestro deseo de desagraviarte, por las irreverencias y profanaciones en tus templos. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Sexta lámpara

Considerar lo que sintió el Corazón de Jesús al oír que los judíos pedían que muriera crucificado, y su dolor al ver la poca o ninguna memoria que se tendría en el mundo de su Pasión y Muerte.

Oración

Pacientísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste al oír que los judíos, tu pueblo amado, pedía que murieras crucificado, te suplico grabes en nuestros corazones el recuerdo de tu dolorosa Pasión y Muerte y que meditándola, nos apartemos del pecado y nos encendamos en su amor.

Amén.

Rezar un Padrenuestro

Séptima lámpara

Meditar el dolor que sintió el Corazón de Jesús al oír que le daban la sentencia de muerte, ofreciendo esto para reparar la frialdad e indiferencia de los que se dicen sus amigos.

Oración

Dulcísimo Corazón de Jesús, por el dolor que sentiste al oír la sentencia de muerte que desde la Encarnación habías meditado, cuya representación te hacía derramar lágrimas y sudar sangre, y al ver al mismo tiempo la fría indiferencia de tus amados, te pido olvides ya nuestra ingratitud y ofrezcas al Eterno Padre tu dolorido Corazón para que se enfervoricen los cristianos. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Octava lámpara

Meditar lo que sintió el Corazón de Jesús cuando le pusieron la cruz sobre los hombros y le hicieron caminar para el Calvario, ofreciendo esto por los sacerdotes que se hayan extraviado y los que no cumplen con perfección los oficios y ceremonias del culto.

Oración

¡Oh adolorido Corazón de Jesús! Por lo que sentiste cuando te pusieron el enorme peso de la cruz sobre tus hombros y pasabas por las calles de la ingrata Jerusalén para el Calvario, te suplico mires con misericordia a los sacerdotes que se hayan extraviado; dales un vivo arrepentimiento para que vuelvan a tu divina gracia, y a todos dales el verdadero celo por tu gloria y por la salvación de las almas. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Novena lámpara

Considerar el dolor que sintió el Corazón de Jesús cuando lo clavaron en la cruz y lo elevaron en alto, ofreciendo esto por la conversión de las almas consagradas a Dios que violaren sus votos.

Oración

¡Oh amorosísimo Corazón de Jesús! Por el dolor que sentiste cuando te clavaron en la Cruz, te suplico perdones la infidelidad de las almas consagradas a tu servicio; acuérdate de los dolores con que las redimiste y ofrécelos a tu Eterno Padre para que las perdone. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Décima lámpara

Meditar el desamparo de Jesús en la cruz y su muerte después de haber dicho: “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”, ofreciendo esto por los justos perseguidos a fin de que Dios los fortalezca para sufrir sus trabajos.

Oración

¡Oh compasivo Corazón de Jesús!, por el dolor que sentiste al expirar en la cruz, diciendo: “Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu”, te suplico encierres en tu santísimo Corazón a los justos perseguidos, para que los consueles y ampares en sus tribulaciones, a fin de que no desfallezcan y por tu gracia permanezcan firmes hasta cantar tus misericordias en la eterna gloria. Amén.

Rezar un Padrenuestro

Oración final

Oh, Corazón Clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido.

Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón. Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón.

Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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