El inicio de la adoración
Al principio, la adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento se hacía únicamente frente a los sagrarios. Con el tiempo, al crecer la vida en las basílicas y reunirse más fieles para orar, nació la hermosa tradición de «exponer»al Santísimo para su adoración pública.
Fe que se adapta a cada cultura
Las custodias que se usan para la exposición reflejan un toque cultural:
- En Europa, suelen tener forma de catedrales, recordando su impresionante arquitectura religiosa.
- En América, muchas custodias tienen forma de sol, ya que en las culturas prehispánicas el sol era el dios principal. Así, la fe se encarnó en símbolos que las personas podían reconocer y sentir cercanos.

Dos formas de exposición
La Exposición del Santísimo puede hacerse de dos maneras:
- Exposición menor: cuando se coloca en el altar el copón con las hostias consagradas.
- Exposición mayor: cuando la hostia se coloca en una custodia u ostensorio para la adoración.
Ritos llenos de vida
Tanto al exponer como al reservar el Santísimo, la Iglesia nos regala un ritual lleno de signos: cantos, oraciones y hermosos himnos compuestos por Santo Tomás de Aquino. Además, se rezan las «Preces de Alabanza»[1], como un acto de amor que busca reparar las ofensas contra Jesús. La bendición final se imparte levantando el copón o la custodia en forma de cruz frente al pueblo.
[1] En estas oraciones se proclama bendición sobre aquellos misterios más comunes que son objeto de blasfemia: Dios, su Santo Nombre, Jesucristo, la Virgen María, San José y los demás santos.
Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
