El Domingo de Resurrección, 01 de abril de 1934, el Papa Pío XI, quien conoció a Don Bosco, lo canonizó en la Plaza de San Pedro.
«Desde el amanecer se dirigía hacia San Pedro una multitud cosmopolita desde todas las partes de la Urbe… En el exterior aumentaba por momentos una masa compacta, cuyos ojos se dirigían hacia lo alto de la galería de las bendiciones, para contemplar la imagen del Santo representado en la gloria», nos narra la crónica de aquel día en que Don Bosco fue proclamado santo.















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