Novena al santo Hermano Pedro. Día 06

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Preparatoria

¡Oh, Dios, Creador y Padre de todos los hombres! Yo creo firmemente todas las verdades que nos has revelado; confío en tu bondad y misericordia infinitas; espero en tus promesas y en tu gracia. Te amo sobre todas las cosas.

Mírame con ojos de misericordia y por los méritos y súplicas de tu siervo Pedro, concédeme la gracia especial que suplico en esta novena, si ha de ser para mayor honra y gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Reseña Histórica

«Sala de armas» llama a la habitación donde suele orar y mortificarse. De las paredes penden cilicios, disciplinas, cadenas, rallas, catafas y todas las demás armas de la milicia espiritual. Aquí pasa largas noches de oración y penitencia y llega a aplicarse en un solo año más de diez mil azotes. Hay un nicho o tinajera donde su sueño se convierte en mortificación.

En el año 1654, ofrece a honra de la pasión de Cristo darse más de cinco mil azotes y por cada uno de estos reza un credo.

Llega a ser tan dura su penitencia que en el piso y las paredes quedan señales de la sangre que mana de su cuerpo. Milagrosamente sigue viviendo. Al cilicio se añade la constante vigilia; un no interrumpido ayuno, trabajo excesivo y oración continua. Cuando el cuerpo se rinde sin reservas, aún estrechábalo en el hueco de su tinajera. Por eso Pedro vive tan poco y hace tanto. Porque entrega su cuerpo en holocausto del alma.

Pedro sigue pasando por la 7ma. calle, la vía que lleva a la Iglesia de Concepción. Siempre con la cabeza descubierta: «Bien está sin sombrero quien está en la presencia de Dios». Y canta con voz plañidera acompañado de su campanilla: «Acordaos hermanos, que un alma tenemos y si la perdemos, no la recobramos».

Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

Oración Final

¡Oh, piadoso siervo de Dios, que has dado al mundo durante tu corta vida, ejemplos admirables de fe, esperanza y caridad!, apiádate de mí, pobre pecador, y otórgame la gracia que te pido (Mencione la petición que se desea).

Dame también una gran pureza de alma y cuerpo y un amor grande a Jesús y a María, para que, imitando sus virtudes, sienta crecer en mí el celo por la salvación de las almas. Amén.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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