Novena al santo Hermano Pedro. Día 02

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Preparatoria

¡Oh, Dios, Creador y Padre de todos los hombres! Yo creo firmemente todas las verdades que nos has revelado; confío en tu bondad y misericordia infinitas; espero en tus promesas y en tu gracia. Te amo sobre todas las cosas.

Mírame con ojos de misericordia y por los méritos y súplicas de tu siervo Pedro, concédeme la gracia especial que suplico en esta novena, si ha de ser para mayor honra y gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Reseña Histórica

En 1650 llega a La Habana. En Cuba oye por primera vez el nombre de Guatemala y dice: «A esa ciudad tengo que ir porque con interior júbilo y superior fuerza me siento animado a caminar a ella, luego que he oído nombrarla, siendo así que esta es la primera vez que oigo su nombre».

Se embarca y llega a Honduras, de donde se traslada a pie hasta la ciudad de Guatemala. Itinerario: Acasabastlán, Agua Caliente, Las Vacas, Pinola y Mixo, Petapa y Valle de Panchoy, explayado en ocho leguas de superficie.

Se arrodilla y cubierto el rostro con su capa, reza la Salve, poniendo su destino en manos de María. Arrobado ante el espectáculo de la naturaleza americana, cuya fecundidad y riqueza de matices le recordaba los paisajes nativos, exclama con sincera convicción: «Allí he de vivir y morir». Era el 18 de febrero de 1651. Besa la tierra y según cuenta la leyenda, se produce un fuerte temblor a su contacto.

Estudia gramática latina para ser sacerdote. Estudia de noche y de día; acude a clase el primero y sale el último. «Mas parece que estudia más para olvidar que para saber» (Montalvo). Tres años mantiene esta lucha titánica. Es águila en la devoción, aunque no en las letras.

Cuida enfermos en el Hospital de san Lázaro. Se levanta antes del amanecer para asistir a misa en la Iglesia de los Jesuitas. Se hace miembro de la Cofradía estudiantil consagrada a la Virgen. Comulga diariamente. Consuela y sirve a los pobres en el Hospital. Adoctrina a los esclavos dándoles esperanza de su liberación.

Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

Oración Final

¡Oh, piadoso siervo de Dios, que has dado al mundo durante tu corta vida, ejemplos admirables de fe, esperanza y caridad!, apiádate de mí, pobre pecador, y otórgame la gracia que te pido (Mencione la petición que se desea).

Dame también una gran pureza de alma y cuerpo y un amor grande a Jesús y a María, para que, imitando sus virtudes, sienta crecer en mí el celo por la salvación de las almas. Amén.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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