El jueves 4 de diciembre, el Salón Don Bosco abrió sus puertas para recibir a quienes participaron en el tradicional desayuno familiar organizado por la Comunidad de oración Fuente de Vida, un espacio que cada año reúne a familias y amigos.
Desde las 8:30 a.m., el ambiente tomó vida con un momento de alabanza dirigido por Wilder Rodríguez, que logró crear una atmósfera cercana y contemplativa, invitando a todos a dejar la prisa afuera y disponerse a la experiencia.
Tras la bendición del padre Marvin Mena, SDB, los asistentes compartieron la mesa con un menú cálido y familiar: tamales, pastel, ponche y café, mientras la música en vivo acompañaba conversaciones que fluían con naturalidad. La mezcla de rostros conocidos y nuevos reflejó la apertura del encuentro, pensado como un espacio donde cualquiera pudiera sentirse bienvenido.
La mañana tomó un tono más profundo con la prédica de Carla González Campo. Su mensaje, directo y honesto, invitó a los presentes a reconocer que lo verdaderamente valioso ante Dios no es la cantidad de lo que entregamos, sino la autenticidad con la que lo hacemos. Habló del valor de ofrecer nuestro tiempo, nuestros talentos y ese amor cotidiano que, aunque parezca pequeño, tiene un significado inmenso cuando nace del corazón.
El desayuno concluyó dejando una sensación de comunidad viva: personas distintas, reunidas por la misma búsqueda interior, compartiendo una mañana que combinó música, reflexión y un ambiente fraterno que dio sentido al encuentro.













































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