Cómo vivir con alegría la vida cotidiana

1. Vive en gracia de Dios: la raíz de toda alegría

«La alegría nace de una conciencia limpia».
— San Juan Bosco, Carta a los jóvenes del Oratorio, 10 de mayo de 1884.

Don Bosco nos recuerda que la alegría verdadera no depende de cuánto tenemos, sino de estar en paz con Dios. Cuando uno anda con el corazón limpio, todo se siente más ligero, y hasta los clavos de la vida se llevan con más calma.

Así como decimos aquí: «cuando uno está bien con Dios, hasta el día amanece más bonito».

Fuente: Bosco, G. (1884). Lettera da Roma ai giovani dell’Oratorio di Torino. En Epistolario di San Giovanni Bosco, vol. IV. Torino: SEI, 1959.

2. Sé alegre, pero no ocioso

«Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía».
— Máxima de Don Bosco, en sus consejos a los oratorianos.

Para Don Bosco, la alegría va de la mano con estar activo: estudiar, trabajar, ayudar, jugar… ¡lo que sea, pero con ganas!

Aquí diríamos: «no te apachonés, patojo, que la flojera solo trae líos». La ociosidad entristece; en cambio, quien está ocupado en el bien mantiene la sonrisa.

Fuente: Lemoyne, G. B. (1901). Memorie Biografiche di Don Giovanni Bosco, vol. V. Torino: SEI.

3. Confía siempre en Dios y en María Auxiliadora

«Ponlo todo en manos de Dios y de María, y verás milagros».
— San Juan Bosco, en carta a sus cooperadores, 1864.

El secreto del corazón alegre es la confianza. Don Bosco decía que quien se agarra de Dios y se pone bajo el manto de María Auxiliadora nunca camina solo.

En buen chapín: «si le dejás el rollo a Dios, tu corazón vive más tranquilo».

Fuente: Bosco, G. (1864). Lettera ai Cooperatori Salesiani. En Epistolario di San Giovanni Bosco, vol. II. Torino: SEI, 1956.

4. Haz bien lo que haces, aunque sea pequeño

«Cumple bien tus deberes; lo demás déjalo en manos del Señor».
— San Juan Bosco, Conferencias a los jóvenes, 1875.

Don Bosco enseñaba que no necesitamos hacer cosas enormes para ser felices o santos. Basta con vivir el día a día con cariño: estudiar bien, trabajar bien, ayudar bien.

O como decimos aquí: «hacé las cosas con amor, aunque sea poquito, y Dios se encarga del resto».

Fuente: Ceria, E. (1930). Memorie Biografiche di Don Giovanni Bosco, vol. X. Torino: SEI.

5. Vive en comunidad, no solo

«Estén siempre alegres, pero juntos, como buenos hermanos».
— San Juan Bosco, Buenas Noches, Oratorio de Valdocco, 1877.

Para Don Bosco, la alegría se enciende cuando uno vive acompañado. El que se encierra se apaga; el que convive —sirviendo, compartiendo, riendo— mantiene el corazón vivo.

Aquí lo diríamos así: «la vida es más alegre cuando se camina en comunidad, no solito».

Fuente: Lemoyne, G. B. (1904). Memorie Biografiche di Don Giovanni Bosco, vol. VIII. Torino: SEI.

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