El miércoles, 01 de octubre, nuestra comunidad parroquial conmemoró con gran alegría la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, colocando un bonito altar en su honor dentro del templo.
En el centro se presentó un cuadro de la santa carmelita, rodeado de una cuidada decoración floral que resaltó la sencillez y la belleza de quien es conocida en la Iglesia como “la pequeña flor”. A cada lado se colocaron arreglos con rosas, símbolo característico de Santa Teresita, junto con flores blancas, amarillas y rojas, que en conjunto expresaron la delicadeza y el amor que la santa profesó a Cristo. También se adornó el espacio con girasoles y luces que dieron un ambiente cálido y festivo.
La vida de Santa Teresita
Santa Teresita del Niño Jesús, nació en Francia en 1873 y murió a los 24 años. A pesar de su corta vida, su testimonio de humildad, entrega y confianza absoluta en Dios ha marcado a millones de fieles en el mundo. Es reconocida por su “caminito de santidad”, una espiritualidad sencilla basada en el amor y en hacer las cosas pequeñas con gran fidelidad. Fue proclamada Doctora de la Iglesia por San Juan Pablo II en 1997.
Un altar lleno de vida y esperanza
La decoración, según pudo observarse, estuvo llena de color y simbolismo: rosas bicolor y rojas en abundancia, flores blancas como signo de pureza, y un marco engalanado con girasoles y crisantemos. El toque final lo dieron las luces que rodearon el cuadro, generando un ambiente de oración y cercanía con la santa que prometió desde el cielo “hacer caer una lluvia de rosas” como signo de intercesión para quienes recurren a ella.
Con este gesto, la parroquia no solo rindió homenaje a la patrona de las misiones, sino que también invitó a todos los fieles a seguir su ejemplo de amor sencillo y confianza en Dios en cada momento de la vida.
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