Señal de la cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, ante vuestro afligidísimo y herido Corazón, tenéis a la criatura más miserable, ingrata, desagradecida, rebelde e indigna de estar en vuestra soberana presencia. Sí, Señor, aquí está esta criminal criatura, a quien tantas gracias habéis concedido, y ella tan mal os ha correspondido; mas vuestro tierno y compasivo corazón ha esperado tanto tiempo la vuelta de esta pródiga a las puertas de la casa de la misericordia.
Ea, pues, Señor, me tenéis a vuestros pies lleno de confusión y de vergüenza, todo manchado, lleno de miseria y desfigurado, pero lleno de confianza; y acogido a vuestro Sagrado Corazón, esperando que por el desamparo que Él padeció en el Huerto de los Olivos, tengáis piedad de mí y de todos los que hacemos este ejercicio, en reconciliamiento de vuestros internos dolores. Amén.
Rezar un Credo, por la conversión de los pecadores.

Día Sexto
Corazón Sagrado de Jesús, resuelto enteramente a padecer todo género de crueldades por los hombres, incapaces siempre de sufrir nada por Vos, débiles para los trabajos y fuertes para el pecado, por un leve dolor que suframos, ¡tan grande es nuestra iniquidad!
Os acusamos de injusto e ingrato; y nos parece que ya nada podemos, y despreciamos todo lo que nos mandáis para ofrecéroslo. Es tan enorme nuestro atrevimiento, que queremos se nos conceda, aquello mismo con que vamos a ofenderos.
Todo esto, Señor, lo sufre con admirable paciencia nuestro amantísimo Corazón. Nos espera, nos llama, y no quiere nuestra condenación, nosotros insensatos y ciegos, la buscamos, mientras que Vos, en todas partes y en todos momentos, nos apartáis del fatal camino de la perdición. Abrid, Señor, los ojos a esa multitud de desgraciados, y no ya más dolores a vuestro dulcísimo Corazón. Amén.
Realizar la petición que se desea.
Oración Final
Recibid, Señor, estas pobres oraciones, que os dirijo en honra de vuestro amantísimo y Sagrado Corazón, y en reconocimiento de sus internos dolores. Recibídmelas, Señor, por esos mismos dolores, y no me neguéis lo que por ellos os pido.
Mirad, Señor, cuán atribulado se halla este mi pobre corazón; pero si vos así lo habéis ordenado, yo no deseo otra cosa sino conformarme a vuestras santas disposiciones. Muy vuestro es: limpiadlo y recibidlo en el vuestro, y no permitáis jamás salga de él, para que no vuelva a ofenderos. Amén.
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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