Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas.
¿Quién podrá pues resistir a tu Majestad?
Señor, Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo, pues los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes.
Tú has dicho: «Pidan y se les dará. El que pide recibe, todo lo que pidáis al Padre en mi nombre se los concederá. Pero pidan con fe». Escucha, pues, nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. Amén.
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la tierra.

Oración al Niño Dios
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que, reprobada y desechada por los hombres, vino a ser piedra angular de todo el edificio, figurado misteriosamente en el portal de Belén, en que naciste hermoso peregrino, por no haber hallado en el mundo otro mejor albergue en qué nacer: ven a mi corazón, llenándolo del reconocimiento de la verdad, haz que desprecie, por ti toda pompa y vanidad del mundo. Amén.
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Jaculatoria
Cuando al corazón desciende Jesús, la verdad se aprecia, la vanidad se desprecia, y la caridad se enciende.
Oración a la Santísima Virgen
Bellísima María, palacio del Espíritu Santo, tálamo del divino Esposo y reclinatorio de la Santísima Trinidad, que habiendo sido casa de un corazón purísimo fuiste hecha templo de Dios, tabernáculo de la divina gloria que llevaste en tu vientre por el mundo, hermosa peregrina, a la más peregrina belleza de aquel cielo, que no halló casa en la tierra dónde nacer, ven a mi corazón y llénalo de pureza y santidad, hazlo templo y sagrario de tu Jesús. Amén.
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Jaculatoria
Casa virginal tu pecho, al punto que la deidad encarnó en tu pureza, un templo de Dios fue hecho.
Oración a san José
Castísimo José, velo misterioso del más oculto y venerable tabernáculo del templo de María, llave de oro del testamento viejo, a quien se fiaron los más secretos misterios de la ley de gracia; pues no hallaste hermoso peregrino quien te abriera las puertas de su casa, cuando ni tu querida Esposa halló dónde alumbra, ni tu amantísimo Hijo lugar en qué nacer.
Ven a mi corazón, y cubriéndolo con el velo de tu protección, abra sus puertas para que en él entre Jesús. Amén.
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Jaculatoria
Del templo tú eres el velo, del testamento la llave; Oh, José, cuánto en ti cabe, y cuánto se fio a tu celo.
Día Segundo
Obedientísimo Jesús de mi corazón, hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz, que siendo luz de todos los patriarcas no quisiste salir a la luz entre ellos como que en su fe, obediencia y lealtad hallarás más abrigo que el que hallaste en los hombres, cuando peregrinando en el purísimo vientre de María tu Santísima Madre y en compañía de José, tu padre adoptivo, hallaste tan desnuda la fe de tu querido pueblo, que no hubo quién te conociera y hospedase para nacer.
Por aquel afecto con que entonces se conformó tu corazón con la obediencia a tu Eterno Padre, te pido me des un corazón dócil y suave que sepa obedecerte y servirte con toda fidelidad para que naciendo Tú en él, en tu solo crea, en tu solo fie y a tu solo sirva. Amén.
En silencio, haz tu petición.
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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