Novena al santo Hermano Pedro. Día 05

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Preparatoria

¡Oh, Dios, Creador y Padre de todos los hombres! Yo creo firmemente todas las verdades que nos has revelado; confío en tu bondad y misericordia infinitas; espero en tus promesas y en tu gracia. Te amo sobre todas las cosas.

Mírame con ojos de misericordia y por los méritos y súplicas de tu siervo Pedro, concédeme la gracia especial que suplico en esta novena, si ha de ser para mayor honra y gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Reseña Histórica

Durante la Cuaresma asiste a los divinos oficios. Pedro sale de Belén con una gran cruz a cuestas, hacia el Calvario, a medianoche, descalzo y cubierto el rostro con un capuz. Otros Terciarios le imitan en esta obra, pero ninguno lleva una cruz tan pesada como la de Pedro y cuando otros regresan desfallecidos por la penitencia él se agrega a la procesión de la Santa Cruz y la sigue hasta el templo.

Su ocupación continua es la oración. Y de aquí saca las fuerzas necesarias para llevar adelante su labor de santificación y apostolado.

Se vence a sí mismo lamiendo las llagas infecciosas de varios enfermos. Pedro sale muy temprano a pedir limosna para sus hijos, que son todos los menesterosos y pobres vergonzantes de la ciudad. Cura en los hospitales y en todas partes. Conduce a los ciegos y lleva sobre sus hombros a los tullidos hasta la presencia de Jesús Sacramentado.

Anima a rezar y recomienda disciplinas y mortificaciones. Anda descalzo y descubierto. Se tiene por un gran pecador y desconfía de su entendimiento. Doctrina a los niños, alienta a los esclavos, señala la puerta del redil a las ovejas descarriadas, visita todos los templos. Recorre la ciudad con las manos cargadas de dádivas. Limpia y decora los altares. Asiste y vela a los moribundos. Multiplica los panes. Hace ceder los cerrojos de las puertas. Derrota a Calcillas (demonio) y dialoga con las imágenes y las almas del purgatorio.

Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

Oración Final

¡Oh, piadoso siervo de Dios, que has dado al mundo durante tu corta vida, ejemplos admirables de fe, esperanza y caridad!, apiádate de mí, pobre pecador, y otórgame la gracia que te pido (Mencione la petición que se desea).

Dame también una gran pureza de alma y cuerpo y un amor grande a Jesús y a María, para que, imitando sus virtudes, sienta crecer en mí el celo por la salvación de las almas. Amén.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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