Novena a Sor Encarnación Rosal. Día 02

Señal de la Cruz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración para todos los días

Amada Madre nuestra, llegamos ante ti para pedirte nos obtengas del Corazón de Jesús la gracia de conocerlo, amarlo y servirlo como lo hiciste tú.

Conocerlo como Señor, Maestro y Amigo; penetrar como tú en el secreto de su Corazón para descubrir sus sentimientos, oír sus confidencias y hacerlo, a tu ejemplo, razón y término de nuestra oración y vida.

Amarlo con un amor tan delicado que alcancemos, como tú, la gracia de conocer y profundizar en sus más hondos dolores y prodigarle el consuelo que Él espera de cada una de nosotras.

Servirlo en nuestros hermanos, particularmente en aquellos que, por olvido, desamor, infidelidad están lejos de ese Corazón que tanto los ama.

Te pedimos, Madre, por intercesión de Nuestra Señora, nos alcances la gracia de prolongar en la Iglesia tu espiritualidad de reparación y de vivir y morir en amor y dedicación plena al Corazón de Jesús. Amén.

Día Segundo. Esperanza de Nuestra Beata Madre

Nuestra Madre Encarnación fue una mujer de gran esperanza. La esperanza cristiana, dice su Santidad Benedicto XVI, «es el Reino de Dios, es decir, la unión de hombre y mundo con Dios mediante un acto del divino poder y amor, es la presencia continua del amor y del poder de Dios, que nos acompaña en nuestra actividad y nos socorre allí donde llegan nuestras posibilidades al límite».

Nuestra Madre Encarnación entendió y vivió la esperanza como realización del Reino en nuestro mundo interior. Su amor a la humanidad de Jesucristo la hizo mujer de grandes esperanzas. Toda su vida fue un proceso de identificación con el Verbo de Dios, anhelo que la llevó a buscar siempre lo mejor y más perfecto.

Entra en el Beaterio para seguir más de cerca al Verbo Encarnado y cuando se va al Convento de Santa Catalina, con anhelos de mayor perfección, su esperanza incansable la conduce de nuevo al Beaterio para hacer renacer en las Beatas el deseo de un seguimiento cercano y amoroso al Verbo de Dios. Entendió que la esperanza se alimenta y fortalece en la oración y por eso dedicó largas horas de sus días y sus noches a la contemplación y al diálogo con el Señor. Buscó amorosa y fielmente la voluntad de Dios y colaboró desde la paciencia a la realización de los planes de Dios en su vida; así se cumplió su anhelo y llegó a ser la amiga y confidente del Corazón del Verbo.

Cultivó la esperanza en la paciencia y pudo constatar cómo cuando Dios quiere las cosas Él mismo las facilita. Pidamos a Nuestra Madre Encarnación que, desde una vida de identificación con el Verbo y en una espera paciente en su amor y misericordia podamos vivir de esperanza en el Dios que nunca nos falla.

Rezar un Padre Nuestro a la Santísima Trinidad para que vivamos de nuestra confianza en el Padre del cielo

Para que en nuestra incapacidad y pobreza sepamos confiar en la Divina Providencia. 

Madre María Encarnación Rosal, intercede por nosotros.

Para que en el recurso a una oración confiada nos hagamos merecedores de la misericordia divina. 

Madre María Encarnación Rosal, intercede por nosotros.

Para que aprendamos a esperar contra toda esperanza.

Madre María Encarnación Rosal, intercede por nosotros.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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