Súplica a Jesús Nazareno (II)

Señor mío Jesucristo, Padre amoroso y dulce dueño de mi corazón, animado por vuestra infinita bondad y por los continuos favores que otorgáis a los que imploran delante de vuestra imagen misericordia y perdón, a vos acudo, oh, Padre mío, Jesús Nazareno, para ofreceros mis humildes obsequios y presentaros las necesidades de mi pobre alma.

Confieso que os he ofendido con grandes faltas, pero ya arrepentido, las detesto de veras y propongo, ayudado de vuestra gracia, enmendarme en lo venidero.

Movido, pues, de estos sentimientos, os ruego, ¡oh, mi buen Jesús Nazareno!, que, por los dolores de vuestra pasión, atendáis las súplicas que os dirijo en esta oración, y os pido con fe que me amparéis siempre, día y noche, sobre todo en los momentos más difíciles de mi vida.

Hoy acudo ante vuestra imagen bendita para deciros lo mucho que os amo y para pediros de una manera especial me concedáis urgente alivio y remedio para solucionar las necesidades que tengo y que tanta angustia y desesperación me causan: (En silencio hacer la petición que se desea).

Salvador mío, amantísimo Jesús, gracias os doy desde lo íntimo de mi corazón por la sublime enseñanza que nos distéis en el camino del Calvario, gracias os doy pues sé que por vuestra gran misericordia atenderéis mis ruegos y peticiones.

Gracias os doy, y os suplico rendidamente, por el mérito de vuestra pasión, que camine yo siempre con paso firme por la senda de la vida hasta llegar al término felicísimo que es la Gloria donde eternamente os alabaré.

¡Gracias, mi Jesús Nazareno de las Charcas! Amén.


Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.