Ejercicio del mes del Rosario. Día 27

Rezar los misterios del Santo Rosario del día

Señal de la Cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, libramos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma haberos ofendido.

Propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados; y así como lo os suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por vuestra preciosísima sangre, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en vuestro Santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

Oración para todos los días

Soberana Reina de los cielos, abogada de los pecadores y consuelo de todos los afligidos, que quisiste inspirar al gran Patriarca Santo Domingo de Guzmán, tu fiel siervo, la devoción del Santísimo Rosario.

Alcánzanos de tu Divino Hijo, nuestro adorable Redentor, que hagamos este santo ejercicio con la mayor piedad, atención y recogimiento, para que, por este medio, consigamos ser durante toda nuestra vida incansables devotos del Santísimo Rosario.

¡Oh, Virgen María!, cuyas gracias y misericordias para con los que te invocan no se agotan jamás! Haz que en estos días participemos de ellas con mayor abundancia, a fin de que podamos cantar tus alabanzas en la gloria por toda una eternidad. Amén.

Día 27

Toda la vida de la Virgen fue en continua preparación para la muerte. Ella vivía en este mundo sin que su corazón tuviese apego a ninguna cosa de la tierra; solo por cumplir la voluntad de Dios y por hacer muchas cosas en su servicio, sufría María vivir en este mundo.

¡Qué dulce nueva sería, por lo tanto, para ella la que le anunció su cercano tránsito a la gloria!

Si tú, alma mía, llevases también una vida devota y cristiana, no temerías la muerte ni sentirías el ver acercarse el fin de tu vida. Mas como estás llena de faltas e imperfecciones, la memoria de la muerte te espanta y te acobarda.

Oración final para todos los días

Reina del Santísimo Rosario, esperanza de los cristianos, Madre de Misericordia, dulzura de mi vida. A ti suspiro desterrado en este valle de lágrimas. Ayúdame, Señora, en mis trabajos; defiéndeme en los peligros; esfuérzame en los desmayos, y haz que por el rezo y meditación de tu Rosario merezca la gracia para esta vida y después el premio de la eterna dicha en el Cielo. Amén.

Oración a san José

A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio.

Con aquella caridad que, con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Proteged, oh, providentísimo custodio de la Divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo. Aparta de nosotros toda mancha de error de corrupción. Asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas.

Y como en otro tiempo libraste, al Niño Jesús de inminente peligro de la vida, así ahora defiende la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad. Y a cada uno de nosotros, protégenos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos por el auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Fuente:
Cofradía del Santo Rosario. Basílica de Nuestra Señora del Rosario, Parroquia Santo Domingo. Ciudad de Guatemala, Guatemala.


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