Año 1865
Sueño 55
M.B. Vol. 8, pág. 110
Narrado el primero de mayo de 1865.
Soñé que estaba en un templo muy lleno de jóvenes pero que eran muy pocos los que se acercaban a comulgar. Junto al sitio donde la gente pasa a comulgar vi a un hombre largo y negro, muy negro y muy largo, con dos cuernos en la cabeza, y que llevaba en la mano un proyector mágico para distraer a los que allí llegaban.
A uno le mostraba en el proyecto el patio lleno de juegos y le hacía contemplar su deporte favorito; a otro le mostraba allí en el proyector la casa de sus familiares, y los paseos de vacaciones y las diversiones que había tenido. A algunos les hacía recordar las derrotas que había sufrido en los deportes y las victorias que probablemente podrían tener en el futuro; a varios les presentaba en su proyector las tareas que tenían que hacer, las previas y exámenes que se avecinaban y los libros que había que leer. A otros los presentaba en su proyector los pecados pasados, y así los detenía y no los dejaba pasar a comulgar.

Yo creo que este sueño quiere decir que los enemigos del alma hacen todo lo posible por distraer a cada uno cuando está en el templo y cuando está rezando, para robarle los premios que iba a conseguir rezando bien y comulgando con fervor. Es necesario romperle el proyecto al diablo, y no ser de esos embobados que se quedan mirando lo que él les presenta y así no rezan ni comulgan. Hay que mirar de vez en cuando el crucifijo y pensar lo que Jesús sufrió por nosotros y recordar que dejar la comunión es lo mismo que echarse en brazos del demonio.
Descubre más desde Parroquia El Espíritu Santo
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
